Por Federico Frau Barros
Corría el año 1977, hacía más de un año y medio que los militares habían tomado el poder en la Argentina, y el campeonato de fútbol de primera división de ese año llegaba a su fin. La noche del 16 de noviembre se enfrentaban Lanús y Platense para definir el último descenso de la temporada. La tapa del diario Clarín de ese día nada decía sobre el partido. En la portada del día siguiente, en letras mayúsculas, se leía: “Descendió Lanús”.
Fue un partido aburrido y los equipos tuvieron que desempatar por penales. En los once pasos la cosa siguió pareja y una vez que todos los jugadores de campo habían pateado, llegó el turno de los arqueros. El de Lanús, Rubén Sánchez, lo erró, pero en lugar del arquero de Platense, Osmar Miguelucci, pateó un delantero. El árbitro lo convalidó y finalmente la tanda se definió a favor del Calamar, era el descenso de Lanús.
El club hizo el reclamo ante la AFA y, frente la falta de respuesta, decidió iniciar un juicio que finalmente no prosperó. Dicen que en ese momento el almirante Carlos Lacoste, hombre fuerte del fútbol durante la última dictadura, le juró a los dirigentes que pagarían muy caro lo del juicio. Al año siguiente el panorama para el Granate se puso aún más feo y bajó a la C.
En 1978 Lanús tocó fondo, atravesó su peor momento económico y tuvo la menor cantidad de socios de su historia. Pero en lo que surgió como respuesta a esa crisis quizá pueda leerse la esencia de este presente soñado que lo tiene en la final de la Copa Libertadores: el vínculo con la comunidad y la unidad. A partir de ahí, el club comenzó a tener mayor actividad social y apostó por la unidad política de sus dirigentes.
Luego vinieron 40 años con otros ascensos y descensos y con históricas conquistas: los campeonatos de 2007 y 2016, la Supercopa 2016, la Copa Bicentenario y hasta títulos internacionales como la Copa Conmebol de 1996 y la Sudamericana de 2013.
¿Imaginaría el árbitro que convalidó ese penal antirreglamentario que aquel descenso marcaría un antes y un después para Lanús que 40 años más tarde tendría la oportunidad de convertirse en el mejor de América? ¿Habrá pensado alguna vez el fallecido almirante Lacoste que algún día Lanús jugaría la final del torneo más importante del continente?
“Hace cuatro décadas nos refundamos y seguimos en unidad. De jugar en la Primera C pasamos a dar la vuelta olímpica en cancha de River”, dijo Nicolás Russo, actual presidente del club, luego del campeonato de 2016.
Hoy Lanús está en la antesala del momento más importante de la historia del club, con la posibilidad de ponerle un broche a la década dorada que se inició con el campeonato de 2007 del equipo de Ramón Cabrero. Y pase lo que pase en estos dos partidos, si la unidad y el vínculo con la comunidad se mantienen, seguramente se cumpla lo que hace unos días, en un video para los hinchas del grana, dijo Diego Armando Maradona, el más famoso de los nacidos en el barrio: “Que Lanús siga creciendo».
Nota publicada en el Diario Perfil