(artículo publicado en el suplemento Guay)
Por Federico Frau Barros
En Brasil, si alguien está guitarreando en un fogón o tocando arriba de un escenario es muy difícil que no haya otro que le pida: “toca Raúl”. Esas dos palabras son como una especie de código, una contraseña, que surgió entre roqueros pero ya trascendió al público del rock. Ese Raúl es Raúl Seixas, músico nacido en Salvador de Bahía, tierra de esclavos, negros, batucada y carnaval donde el rock ni siquiera existía antes de él. Hombre fundamental del rock brasileño, fue el creador de grandes éxitos como Maluco Beleza y Metamorfose Ambulante.
“Cuando yo era chico la música era algo secundario para mí. Lo que realmente me preocupaba eran los problemas de la vida y la muerte y el problema fundamental del hombre: de donde vengo y hacia dónde voy” dijo en una entrevista en referencia a su infancia. Raúl Santos Seixas nació el 28 de junio de 1945 y fue el primero de los dos hijos que tuvieron el ingeniero Raúl Varella Seixas y la ama de casa María Eugênia Santos Seixas.
Su primera y gran influencia fue Luis Gonzaga, el creador del género musical brasileño Baiao. A los doce años escuchó algunos discos de Chuck Berry y Little Richard y entendió que ahí había algo distinto. A través de ellos llegó a su segundo gran amor, Elvis Presley. En su homenaje fundó, con amigos, el Elvis Rock Club, el primer club de rock de todo Brasil. Al poco tiempo armó su primera banda Os relámpagos do rock, que derivó en The Panters y finalmente se convirtió en Raulzito e Os Panteras con la que a fines de la década del ´60 sacó su primer disco.
En años donde todo el mundo supo de la música brasileña por la bossa nova, Raúl Seixas se le animaba al rock, hay quienes dicen que fue el primero en introducir la guitarra eléctrica y la distorsión en la música brasileña. Pero en la vida de Raúl no todo fue alegría.
La oscuridad
Hay un antes y un después en la vida de Raúl Seixas en 1972, año en que conoció a un periodista, hippie y actor de teatro de aquel entonces: Paulo Coelho. Raúl empezó ayudándolo a Coelho a que escribiera canciones y luego terminaron formando un dúo que compuso grandes himnos del rock brasileño. Estaban todo el día juntos y según el mismo Coelho, se insultaban por lo menos una vez al día y hasta llegaron a agarrarse a trompadas. “Un casamiento es respeto mutuo, amistad, saber que el otro te va a poyar en distintos momentos, compañerismo y sexo. En nuestro caso había todo menos sexo. El casamiento es siempre, bombardeo, reconstrucción y así sucesivamente”, cuenta Coelho en un reciente documental sobre Raúl.

El periodista Nelson Motta explica que fue Coelho el que inició a Raúl en el esoterismo y el misticismo. Coelho cuenta que fue él quien le presentó todas las drogas a Raúl en épocas en que este solo tomaba cerveza. Hoy Coelho vive en Suiza y es uno de los escritores vivos que más libros vende en el mundo, él mismo dice que de Raúl aprendió a ir directo al grano cuando uno escribe, sin desviarse de lo que se quiere decir.
Juntos formaron una sociedad alternativa, algo que variaba entre una especie de secta o sociedad secreta y colectivo artístico, que se definía en contra del capitalismo y defendía las libertades individuales. En el disco Gita, se inmortalizó la canción Sociedade Alternativa que aún es un himno de los hippies brasileños. “Si yo quiero y vos querés, tomar baño con sombrero, o esperar a Papá Noel, o discutir sobre Carlos Gardel, entonces andá. Hacé lo que vos querés, porque todo está dentro de la ley”, reza un fragmento de la canción. Durante siete años compusieron más de cien canciones juntos, pero en 1979 la relación llegó a su fin.
El final
Raúl, cada vez con más problemas con el alcohol y las drogas siguió componiendo, grabando y tocando. En 1980 grabó una canción que anticipaba de manera fabulosa el neoliberalismo: Aluga-se. Donde con un gran manejo de la ironía le cantaba al pueblo brasileño y le daba la solución para terminar con los problemas económicos: alquilarle el país a los gringos.
Con 17 discos de estudio bajo el brazo y 5 en vivo, Raúl murió a los 44 años el 21 de Agosto de 1989, víctima de una pancreatitis aguda fulminante producto de su alcoholismo agravado por la diabetes y por haber olvidado de darse la inyección diaria de insulina la noche anterior. Desde el día de su muerte hasta el 2010 se publicaron más de treinta libros sobre él en Brasil. Hoy en día Raúl sigue vigente, en cada show de rock y de otros estilos en Brasil siempre hay alguien que grita “toca Raúl” y hay algunos músicos que se irritan frente al pedido. Hay una leyenda que dice que esa fue la maldición que les dejó Raúl a sus colegas por haber sido ignorado en vida. Pareciera que se confirma lo que él decía en la canción Tente outra vez: “Basta ser sincero y desear profundo que serás capaz de sacudir el mundo”.
LA HERENCIA
Su hija menor, Vivian Seixas, es DJ y por más que no comparte el género musical de su padre sigue con el legado del ritmo. Inició su carrera como DJ en Australia en 1998 bajo el nombre de DJ Vivi Seixas, cuando empezó a pasar música electrónica en fiestas de amigos y de ahí en más nunca paró. En 2013, convocada por el sello Warner Music, sacó un disco de remixes de temas de Raúl mezclados con ritmos como Hip Hop, Drum & Bass y Deep House: Generación de Luz.
-¿Cómo te influenció tu padre en el amor por la música?
-Crecí escuchando buena música. Me acuerdo de él cantándole Elvis a mi madre.
-¿Cómo ves su legado en la música brasilera?
-Tuvo coraje para decir muchas cosas en una época de mucha represión. Era un revolucionario.
-¿Cómo lo definirías en el aspecto más personal?
Era una persona muy sensible. Nunca te gritaba y tenía un sentido del humor increíble.
-¿Cómo fue la decisión de hacer un disco de remixes de canciones suyas?
-Me convocó el sello Warner para modernizar los temas de mi padre. Fue un proceso muy emocionante porque usé versiones a capela suyas. Lloré, reí y me divertí.